Un poco de mi...
- IselaAltamirano Construyendo Alternativas
- 7 dic 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 2 feb 2023
Cuando ella nació mi mundo cambió, fue ese amor que como mujer y madre comencé a

experimentar el que me permitió ser capaz de transformarme y permitirme tener el coraje para salir adelante.
Mi propia historia me llevó a establecer una relación en donde el continuo fue la desvalorización y maltrato emocional. Es así que cuando esta relación termina me doy cuenta de que además de tener que construirme nuevamente debía de superar al "modelo original" pues tenía ahora ya junto a mí una persona que me miraría siempre como referente para su propia vida. Ella ha sido mi regalo de vida, esa luz que me ha guiado en los momentos de obscuridad y duda. Ser mejor y por tanto sanar es lo que me llevaría a lograr la autonomía económica tan importante para una mujer con una hija que de un momento a otro se enfrentaría a un mundo nuevo. Como muchas mujeres detuve mi carrera para dedicarme a la familia y el hogar lo que me dejaba en desventaja, sin embargo ahora ya sin proyecto de familia parental, debía de concentrar mi atención en definir mi camino profesional en conjunto con el maternaje en soltería. Fue ahí en donde siempre estuvo latente esperando pacientemente por mí la vocación hecha profesión.
A muchas personas les rescata del dolor y la angustia el ejercicio, las compras, las amigas e incluso nuevas relaciones. En mi caso la profesión fue un parteaguas para mi sanación y re-diseño personal, si bien siempre visualicé mi carrera como el camino para servir a otros en estos momentos además ese mismo servicio serviría para llenar aquél vacío que había dejado todo este cambio abrupto en mi proyecto de vida .
Había hecho la licenciatura y posterior a ello una primera maestría en psicología educativa cuando pausé el ejercicio profesional ya que había llegado mi niña y el compromiso con el proyecto de familia debía ser mayor. Así que cuando retomé formalmente la carrera tenía una plataforma clara, sin embargo me daba mucha preocupación -como a muchas mujeres- el llegar a trabajar en un lugar que implicara que estuviera muchas horas lejos de mi hija, y siendo que estaría solamente yo para educarla pues debía de pensar en algo que me permitiera el equilibrio. Al mismo tiempo mi pasión por el desarrollo infantil , el cuidado de la familia y el acompañamiento a procesos de crianza siempre fue parte de mi identidad profesional así que retomé los estudios desde un enfoque clínico que permitiera integrar la salud mental, emocional y paulatinamente la relacional.
Continué así con un segundo consultorio en casa -porque el primero lo cerré durante el embarazo el cual fue muy cansado- era el clásico espacio en donde mientras estábamos en sesión bajaba también el monitor de bebé para poder estar al tanto de las necesidades de mi niña. Y así transcurrieron los primeros 5 años de ejercicio clínico-educativo "formal" ya que en casa pude organizar un lugar que ofreciera atención psicodiagnóstica, talleres, charlas y terapia individual e infanto-familiar. A la par fui invitada a ser coordinadora del área de desarrollo humano y apoyo psicopedagógico de una escuela en la ciudad acompañando familias de preescolar y primaria lo que me permitía trabajar por las mañanas y cuidar a mi hija por las tardes mientras atendía en consulta, sin embargo --como todo sueño -- la autonomía económica aún no era viable.

Cuando has vivido violencia es muy fácil seguir teniendo heridas que se abren una y otra vez sin querer hacerlo y sin conciencia plena. Dándome cuenta de ello y siguiendo con mi proceso de sanación espiritual y emocional me permito aceptar la oportunidad de formarme como psicoterapeuta y en sexualidad e intervención en violencia. A la par de dichas capacitaciones tengo la osadía de rediseñar mi vida permitiéndome una nueva relación, una nueva oficina y nuevos desafíos. Fue una transición tan amorosamente compleja que hoy la recuerdo como aquellas experiencias en la vida que me marcaron el ritmo de los futuros frutos y amores de esta profesión.
Con el tiempo, las experiencias y necesidades de los usuarios junto con el transcurrir de la vida y sus hallazgos he seguido el camino hasta comenzar desde hace 8 años una aventura en el ámbito de la psicología jurídica como forense. He hecho una especialidad en conducta delictiva que me permite integrar al ejercicio clínico y educativo una mirada intensiva de la condición humana y psicosocial ofreciéndote de esta manera un servicio humano, profesional y ético robusto basado en evidencia y muchas, muchas , muuchas horas de campo en el consultorio , escuelas o tribunales. Esta vocación de servicio es una pasión profunda y está profesión que me ha rescatado y guiado para dejar en este mundo lo mejor que de mi pueda surgir.
Te escucho, te acompaño y te recibo en este espacio con algo de lo mucho que me ha permitido la vida recibir.
Bienvenido, Bienvenida a este lugar hecho con mucha esperanza para ti.
isela a.
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